Friday, April 28, 2006

Spread your wings and fly!

Llevo apenas una semana en Panamá, y es sorprendente lo cómoda que me siento, puede que sea por tener conocidos, casi familia aquí, o porque es un país con una cultura muy similar, puede que por ambas razones no me resulte un sitio ajeno.
Panamá es un istmo con apenas 3,5 millones de habitantes, de los cuales una tercera parte se concentran en Panamá City. La sociedad panameña, como pasa en casi todos los países de Latinoamérica, esta claramente estratificada, y así esta dividida la ciudad, el downtown financiero, zonas residenciales, el casco viejo y los extrarradios plagados de zonas marginales.

Ser blanca y española es una carta de entrada a cualquier sitio, un alto porcentaje de la clase alta tiene sus raíces en España, y les encanta hablar de ello. Supongo que por este hecho y ayudado por el carácter hospitalario y abierto de los panameños nos sentimos como pez en nuestra salsa. De momento no he tenido mucha oportunidad de visitar con tranquilidad la ciudad, el trabajo nos mantiene encerrados en el hotel más horas de las que quisiésemos.

Pero ya he tenido la oportunidad de ir a un par de sitios en el casco viejo donde puedes escuchar música en directo, se trata de una zona que históricamente ha estado abandonada, todos los edificios son de estilo colonial, con cierto sabor a decadencia lo que lo hace parecer una pequeña La Habana, calles empedradas, olor a puerto y salsa como música de fondo. Es también en esta zona donde se encuentra el Panamá más vanguardista, artistas, pequeñas salas de exposiciones y como pasa muchas veces son estas mismas personas las que están revitalizando la zona, todo un barrio por descubrir.

Para desconectar de la semana y ante la tentadora oferta de Jimmy y Mireia de dejarme su casita de la playa en Contadora, no pude más que aceptar y junto con Vega, mi nueva coordinadora, cogimos la primera avioneta de viernes por la tarde rumbo a las Islas Perlas. Se trata de un archipiélago de 180 islas, de las cuales sólo están habitadas dos. En estos momentos me encuentro escribiendo en el porche de la casa, con el Pacífico a 10 metros. Paseos, baños sin parar, snorqueling, excursión por las diferentes islas, pareo, mucha lectura y cenitas tranquilas escuchando el mar. Una de las gratas sorpresas de Panamá es que los vuelos internos en avioneta son baratísimos! Próxima parada, Bocas del Toro, en el Caribe.

Cuando era pequeña me encantaba saltar desde trampolines a la piscina, pero siempre me pasaba lo mismo, cuando empezaba a escalar la escalera se me aceleraba el corazón, miraba hacia abajo y desde el estómago a la cabeza me recorría una calambre de vértigo. Me sentía bloqueada, entonces cerraba los ojos subía el último escalón cogía carrerilla y saltaba al vacío. La sensación de apenas segundos de estar volando, una descarga de adrenalina por todo el cuerpo hasta caer al agua me encantaba.

Supongo que ahora me sigue pasando lo mismo, me faltaba coger carrerilla para salir de Madrid. La sensación de estar volando sigue siendo fantástica.

Friday, April 14, 2006

Próximo parada...Panamá

Está universalmente aceptado que el tiempo es una farsa, la unidad que desde tiempos inmemoriales nos ha subyugado se la inventó algún cabrón para dividir nuestra caótica existencia en porciones regulares y cíclicas de tiempo, era alguien con mucho poder y ganas de controlar.

Porque todos somos conscientes de lo subjetiva que puede llegar a ser la medida del tiempo, lo eternos que son esas jornadas laborales de resaca cuando lo único que quieres es salir por la puerta, lo cortos que son esos momentos de exultante placer, lo rápido que se pasan unas vacaciones, o la eternidad de una sala de espera. Mi vida ha ido lenta a ratos excesivamente lenta, y de repente se fue acelerando. Los interminables años de colegio terminados, universidad y cada vez más y más rápido, prácticas, curros, primeros novios formales…llegando hasta un ritmo frenético. Ahora ya no tiene tanta gracia que se te escapen los meses, los años. Otro más??? Pero si ni me he enterado!!

Pero es muy cabrón el tiempo, te mantiene engañado como en una burbuja y cuando menos te lo esperas, como caído del cielo, zas! te da auténticas bofetadas, chutes de realidad. Un amigo se casa, alguno se empareja, las resacas cada día son peores, las semanas más largas, las amistades evolucionan, compromisos, se pierden familiares, y nacen nuevos integrantes de la pandilla. Increíble. El otro día me encontré comprándome una crema nutritiva…y es que como dice mi madre “María, tienes que empezar a cuidarte que ya no eres una niña” miro hacia otro lado como si el rollo no fuese conmigo…pero igual tiene razón. Así que como guiada por una fuerza superior me encuentro en la puerta de Juteco asesorada por una mujer con potente perfume -yo creo que en los departamentos de cosmética te drogan con esos supuestos perfumes para que acabes comprando un set de cremas que no necesitas, muy parecido a lo que pasa en la peluquería- salgo de mi trance cosmético apestando a una colonia de vieja, con mi crema nutritiva, contorno de ojos y ampollas revitalizantes –esas me las dio gratis-… ver para creer.

Han pasado 4 meses desde que volví a Madrid y el lunes finalmente me voy a Panamá, ya tenía ganas, no sabría como definir este tiempo que he pasado aquí…supongo que intenso, terriblemente divertido y de reencuentros. Un sentimiento agridulce, ese que siempre me provoca dejar Madrid, que para mi es mucho más que una ciudad, es mi sitio. El que me quema, reniego, huyo…para acabar volviendo, reconciliándome y amando locamente de nuevo. La próxima vez que vuelva, será para quedarme. Ya toca.

Wednesday, April 05, 2006

“Aceptamos barco como animal acuático”

Se trata de una frase con muchísimo significado “Aceptamos barco como animal acuático” viene de un absurdo anuncio -creo que era Scattergories- en el que, ante la amenaza del tramposo dueño del juego de llevarse el Scattergories a casa, los participantes “aceptan” la palabra barco en la categoría de animal acuático.

Esta frase ha pasado a ser parte de mi habitual repertorio y de las “pakis” por mimetismo a la hora de hablar, supongo (junto con otras emblemáticas como "Lentejas con foie, me meo!")…Y es que llega un punto en la vida en el que tienes que aceptar barco como animal acuático. Los sueños que tenías, las aspiraciones, para la gran mayoría de mortales se quedan solo en eso, en quimeras…Y el punto en el que renuncias a ello es cuando te acabas comprando un barquito para poner en tu pecera en vez de un pez tropical que era lo que buscabas…

Y esta misma frase se aplica a tantas facetas…¿aceptas barco? Como pareja, como amigo, como trabajo…es una frase que va unida a las dudas e inseguridades de hacerse adulto y sobrevivir en la denominada madurez…Miro a mi alrededor, entre conocidos, familiares, en la calle y veo miles de parejas que han aceptado unos votos bajo el recurrente dogma del "acepto barco", gente aburrida con trabajos poco gratificantes pero que "pagan las facturas" ¿hasta qué punto debemos conformarnos con lo que nos toca o hay que luchar por conseguir lo que queremos? ¿Hasta cuando luchar por ese trabajo soñado, por encontrar a esa pareja perfecta?... ¿Dónde está la línea que divide nuestras necesidades, el romanticismo y la cruda realidad racional? Es como si al crecer inevitablemente tuvieras que aceptar barco...¿Dónde esta el punto medio entre el planeta de Nunca Jamás y la Tierra?

Supongo, que como casi todo en esta vida viene determinado por las circunstancias y el momento, cuanto mayores nos hacemos más responsabilidades adquirimos y estas a veces se acaban convirtiendo en una trampa sin salida. En este tono y con muchísimas más cosas que contar me sorprendió muchísimo el otro día la peli azulOscurocasiNegro, el primer largometraje de un director muy prometedor. Una historia cercana, muy bien narrada, con un guión ingenioso, cine maduro…y que habla de estas y muchas otras dudas, de tomar las riendas de tu vida y cambiar el color si este no te gusta…

Mi duda es si mi incansable inconformismo y esa agotadora búsqueda de lo que quiero me hace ser excesivamente exigente conmigo misma y, sobre todo, con los que me rodean…Supongo que esa es mi lección a aprender, a querer y aceptar a la gente tal y cómo es, porque si hay una verdad universal es que la gente no cambia, se pulen defectos, se evoluciona…pero nunca se cambia, y si quieres a una persona debes aceptarla tal y como es, aunque en la búsqueda de tu pez acabases con un pequeño bote…Por mi parte, de momento continuaré con mi ardua tarea, esa búsqueda por países y saltando océanos, para encontrar mi sueño, mi pececito, ese que siempre he buscado, que llene mi pecera.


Hace mucho tiempo en un verano de los que pasábamos en Mallorca, Mamen y yo paseando por el puerto nos encontramos a una extravagante mujer extranjera que leía el iris, por curiosidad y un poco de superstición nos paramos. Según ésta, mi ojo es el del leopardo, que siempre esta mirando al horizonte. Me dijo que iba a viajar mucho intentando buscar algo indefinido y que al final volvería a casa para darme cuenta que lo que buscaba estaba justo en frente de mi…