Monday, November 05, 2007


Últimamente me da bastante pereza escribir, cuando estaba en parajes exóticos o países absurdos me resultaba mucho más fácil…Hablar sobre sitios nuevos, situaciones insólitas o personajes absurdos siempre es mucho más sencillo…Lo complicado es mirar cada mañana a la monotonía e intentar que esta te sorprenda…




Hoy me gustaría hablar de mi abuela, porque he soñado que se hacía mayor y al despertar me he dado cuenta de que es hora de abrir los ojos.

Tantas cosas que agradecerle, enseñanzas entrañables, precauciones ante peligros inverosímiles, sabios consejos macerados durante años de madurez cocinada a fuego lento. Darle las gracias por enseñarnos a valorar las cosas que realmente importan…pero sobre todo por ese cariño incondicional, por saber encontrar el botón que enciende la candela del corazón cuando el alma parece haberse congelado. Este es un testigo que ha sabido transmitir a sus hijos y ellos continuar con un legado de cariño que se llama familia.


Por eso estar en Madrid es difícil, porque a ratos duele, y porque encontrar de nuevo la belleza en la simplicidad de las cosas es una labor de pulido, limpiar el polvo de las estanterías, ese que te sobra, ordenar los libros y definir los apartados en tu vida. Me gusta sentirme valiente de nuevo, querer mirar a la realidad sin miedo, ni ganas de escapar. Ahora creo con convicción que las mejores historias de tu vida ocurren en tu calle de siempre

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Estaba repasando la liusta de invitados de mañana, viendo a que se dedica cada invitado, aficiones,...y entre en tu blog

y....ufff! al leerlo...enseguida quieres comentar algo, pero la verdad es que lo has dicho todo y has dejado poco espacio para los demás!

Gracias por compartirlo! es estupendo

7:50 PM  

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