Un fantasma del pasado

Todavía estoy un poco impresionada…El Salvador es un país peligroso, es una de las asignaturas pendientes del Gobierno, acabar con la violencia que no es otra cosa que el legado de una década de guerra civil. Como suele ocurrir después de estos conflictos el país está armado hasta los dientes, y a pesar de los programas destinados a acabar con esta lacra la realidad es distinta…Ayer cuando acudíamos a una entrevista nos vimos en medio de una “balacera”. Lo que empezó como una manifestación estudiantil por el aumento de precios del transporte terminó en un tiroteo por parte de facciones extremistas del FMLN, que con M16 dispararon contra los antidistubios. El triste resultado 3 muertos, 15 heridos y un fantasma del pasado recorriendo el país, haciendo saltar todas las alarmas casi oxidadas desde los tratados de paz. Lo más impresionante, tras conseguir entrar en el banco y decidir actuar con normalidad, fue escuchar tiros y conducir la entrevista con un helicóptero del ejército de fondo…

Hoy el tema sigue tenso, lógico teniendo en cuenta que el 22% de la población vive con 5 dólares al día, con unos precios altísimos e incrementando, vivir es casi un milagro…Se nota bastante tensión, manifestaciones, carreteras cortadas, las pertinentes acusaciones entre partidos políticos, controles policiales y un aire un poco denso, enrarecido, no tanto por el hecho en concreto del enfrentamiento sino por la sensación de haber desenterrado un monstruo que parecía muerto o al menos profundamente dormido.

Y es que la fractura social en este país es tremenda. Una vez más país de contrastes y, aunque es un denominador común en Latinoamérica, en países tan pequeños se hace más patente si cabe. Centro comercial Multiplaza con las tiendas más chic, restaurantes internacionales, una burbuja de lujo y apenas a 50 metros chavolas de gente que no tiene ni agua, ni luz y apenas que comer…Ahora mismo tengo de fondo un helicóptero del ejército que distorsiona con la bucólica imagen desde la ventada de mi hotel…

Unos días muy reflexivos sobre una realidad que no se puede esconder, ayer conocimos a un ex corresponsal de guerra que está haciendo un documental sobre las “maras” bandas “gangs” en España conocidas como latin kings, mucho más violentas. Hablamos del poco valor que tiene la vida en este contexto y de un fenómeno que tiene un claro componente socioeconómico a pesar de los intentos del Gobierno de negarlo. Muchas preguntas, de esas tan grades y abrumadoras que no tienen respuesta.