Monday, March 27, 2006

“Horror vacui”...miedo al vacío



Hace una semanas comencé mi andadura por la acera de la demencia en el arte, acercándome a personajes con una capacidad creadora espectacular, el arte marginal, también conocido como Art Brut.

Me interesa este arte por muchos motivos, pero principalmente porque creo que fueron en muchos casos pioneros a toda la crítica al arte como fiel representación de la realidad. Y segundo porque son artistas que vivieron al margen de la sociedad, en psiquiátricos y atormentados con el peor cuadro clínico que yo puedo imaginar, esquizofrenia.

Siempre me ha llamado muchísimo la atención esta enfermedad, quizás sea porque tengo una noción un poco ambigua de la realidad, creo firmemente que vivimos en sombras, en un mundo dónde caben muchas interpretaciones. Desde mi punto de vista, la realidad viene definida por aspectos externos que no son objetivos y empíricos, colores, lenguaje, idioma...definen TU realidad. Yo he tenido sueños tan intensos que he dudado si los he vivido o no...Y siendo tan poco clara sólo reafirmo mis dudas sobre si acaso estamos todos locos o cuerdos.

De pequeña estaba convencida que mis sueños eran un mundo paralelo donde se encontraba "mi otra familia"...Con esto vengo a decir que creo que todos encerramos un esquizofrénico en potencia, que se va socializando con los años, educando la imaginación y estableciendo parámetros que definen todo lo que nos rodea. Pero, el canto, el borde, la otra cara de la moneda está muy cerca, a tan solo una exploración de ese lado oscuro que todo el mundo lleva dentro...


Adolf Wölfli pasó la mayor parte de su vida encerrado en una institución mental desde donde realizó un maravilloso "viaje" a un mundo de fábula. Armado de los libros que caían en sus manos y una imaginación que desbordaba todo, creó en su habitación una extensísima autobiografía épica, en la que sus pinturas sonaban como canciones que él mismo podía interpretar y los nombres de países se convertían en sugerentes palabras. Wölfli destaca además por su incontinencia creativa, como refugio a un mundo hostil creo el suyo a través de 25.000 piezas.



La obra de Wölfli es extensísima, complicada, es un mundo desordenado a ratos caótico, sus cuadros son densos...puede que hasta agobiantes, no dejan espacio para respirar, es como si nos quisiese arrastrar a su mundo esquizoide a través de lo que los críticos han llamado horror vacui, miedo al vacío, y en este caso tiene un sentido terrible, trasciende su locura, pero por encima de eso su genialidad, su talento...No deja de ser irónico que cuerdos y locos tengamos esa fobia al vacío, rellenando nuestra vida en muchos casos de pegotes postizos que dan color pero sólo son parches a una realidad que no nos gusta.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Leí un libro de un chico de Elgoibar que tiene esquizofrenia. Lo maquetó una amiga mía, y a la vez me lo recomendo un músico. Me sentí tan identificada... Era sencillo pero tan bonito. Como dices, el límite está muy cerca de los cuerdos, y me gusta esa ambigüedad.
Te felicito por el blog. Qué envídia. Hace un año empecé uno sin éxito.. espero reiniciarlo en cuanto tenga conexión en casa. Pa

9:24 AM  

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